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21 jun 2020

Arcoíris


     Érase una vez un lobo que se llamaba Loba. Tenía las orejas grandes y un hocico grande también, y los dientes y los ojos, y las patas y el lomo. Su pelo era largo y suave y sus andares majestuosos. Tenía, en definitiva, el porte digno de los elegidos para las más grandes hazañas. Era la loba más hermosa que alguien pudiera imaginar, pero estaba triste, Loba estaba muy triste ¿ Que por qué estaba triste? Porque en su pelo reunía todos los colores del arcoíris.

Loba vivía, igual que muchos años atrás lo hicieran Cabeza de Chorlito y Paralelepípedo, en el bosque de los personajes de cuentos que aún no han sido contados. Esto significaba que ningún cuentacuentos de ningún bosque, país, planeta o galaxia había imaginado a Loba, la loba cuyo pelo reunía todos los colores del arcoíris, que estaban repartidos de la siguiente manera: rojo en la cabeza, naranja en el cuello, amarillo en las patas delanteras, verde en el lomo, azul en las patas traseras y violeta en la cola.

Érase una vez una niña pequeña y triste. ¿Que por qué estaba triste? Porque vivía en el el país de los personajes de cuentos que aún no han sido contados. Pero su tristeza era mayor: a ella ni tan siquiera le habían dado un nombre. Deambulaba por el bosque de personajes de cuentos que no han sido contados sin poder ser llamada por nadie, con lo que todo esto supone. ¿Que qué suponía esto? Que ella podía disfrutar de todo lo que le rodeaba pero nadie podía disfrutar de ella, porque no sabían cómo llamarla, así que estaba sola todo el tiempo.

La niña pequeña y triste tenía el pelo amarillo y los ojos de dos colores: azul el derecho y verde el izquierdo. Sus labios eran tan rojos como el rojo del arcoíris, y tenía las uñas naranjas. Justo en la mejilla derecha tenía una peca violeta.

Érase una vez Loba Arcoíris, el ser más hermoso que existió alguna vez en el bosque de los personajes de cuentos que aún no han sido contados. Loba Arcoíris estaba dando el paseo de todas las mañanas cuando oyó que alguien lloraba. Detrás de un alcornoque, vio a una niña pequeña y triste. Se acercó y le preguntó:

-¿Qué te pasa, niña pequeña y triste?

-No me pasa nada, siempre estoy así- respondió.

-¿Y por qué?- le preguntó Loba Arcoíris.

-Porque nadie puede llamarme, no tengo nombre y nadie quiere estar conmigo. De hecho, no sé cómo has podido dirigirte a mí- respondió.


Loba Arcoíris observó a la niña pequeña y triste. Vio el verde y el azul en sus ojos, el amarillo en su pelo, el naranja de sus uñas, el violeta de su peca y el rojo tan rojo como el rojo del arcoíris en sus labios, y le preguntó :

-¿Ves mi pelo?

A lo que la niña pequeña y triste contestó:

-Sí, lo veo. Tienes un arcoíris en tu cuerpo.

¿Y no has visto que tú también tienes un arcoíris en tu cuerpo?- preguntó Loba Arcoíris.

-Sí, cada día que paso en el bosque de los personajes de cuentos que aún no han sido contados.

-Te voy a contar un cosa, Émelie- dijo Loba Arcoíris

-¿Émelie?- Preguntó Émelie.

-Sí, Émelie. Te llamas Émelie y, al igual que yo, vives en el bosque de los personajes de cuentos que aún no han sido contados y tienes un arcoíris en el cuerpo. Yo soy Loba Arcoíris, y me han otorgado el poder de darle nombre a todos los personajes de cuento que tengan un arcoíris en el cuerpo y que no tengan nombre. He sido enviada por el cuentacuentos y he decidido llamarte Émelie Arcoíris, así que, desde hoy, ambas somos personajes de un mismo cuento, y viviremos felices y comeremos lombrices buscando en el bosque de los personajes de cuentos que no han sido contados a personajes sin nombre que tengan un arcoíris en su cuerpo.